jueves, 26 de agosto de 2010

Antecedentes recopilados: Lineamiento para la investigación posterior

Los antecedentes recopilados producto de la revisión bibliográfica y las observaciones realizadas nos permiten hacer un acercamiento sobre qué se entiende en el medio de arte por el arte contemporáneo, cómo se constituye el circuito de arte chileno, con sus respectivas particularidades, y quiénes son los actores que participan en el mercado de arte contemporáneo.

Complementando la definición de arte contemporáneo de Asunción Balmaceda, a saber, “El arte contemporáneo […] es el arte que fue hecho hoy”, lo que da cuenta de una dimensión temporal de este estilo que se sitúa en todo lo que es el Siglo XX y XXI (Arte España, 2005), el arte se puede entender como un paradigma en oposición al modelo artístico del arte clásico. Se caracteriza por una ruptura con las técnicas estéticas y de diseño ligadas al ámbito académico, que ha definido que la producción artística debe ser estética y prolija, tratando de representar la realidad. En cambio el arte contemporáneo tiene una perspectiva que “busca un nuevo lenguaje expresivo basado en una visión diferente de la realidad”, tratando de representar una interpretación o un concepto (Ruiz, 2004).

En la primera salida a terreno, con el fin de poder hacer un primer acercamiento, se visitaron galerías subvencionadas, en su mayoría, por el Estado. Se buscaba apreciar el desarrollo del arte como expresión pública y de masas. En el Centro Cultural Palacio de la Moneda se informó cual es el principal objetivo que realiza éste, parafraseando las palabras de la coordinadora de exposición, las principales actividades que se realizaban en el centro y la forma de seleccionar a los expositores es principalmente por un esmero político, es decir que el carácter que define el conjunto de galerías que componen el centro están orientadas en el seguimiento de un objetivo político y social. No se tiene por objetivo el lucrar, sino que la transmisión de una idea o concepto hacia el público que allá va.

A diferencia de lo que ocurre en los centros culturales, en la galería de arte hay una lógica mucho más empresarial. Pese a que siempre existirá la pretensión de las personas que se desplaza en el circuito del arte de difundir el arte y acercar la cultura a la gente, la galería tiene por un objetivo más lucrativo. Eso queda más en claro cuando se comprende el papel que tiene el galerista dentro de las galerías de Arte, un papel que en Chile sigue una lógica parcialmente distinta. A continuación se presenta, que se entenderá por galerista y cuáles son las particularidades que se exhiben en el caso chileno.

El galerista es un actor económico que tiene por tarea la recepción, ingreso al círculo comercial y difusión del trabajo de la obra del artista con el que ha establecido un acuerdo (Colbert, 2007). A la vez tiene la tarea de convertir el bien simbólico que es la obra de arte del artista, en un bien económico corriente y comerciable (Berrios, 2008). Generalmente es el dueño de la galería, pero también puede ser una persona contratada por ésta para que se preocupe de las tareas antes mencionadas. En Chile se ha dicho que hay una dinámica distinta a esta concepción ideal de galerista, pues hay deficiencias en el sector público y un desinterés de parte del sector privado para desarrollar el mercado del arte contemporáneo en Chile, tanto en su financiamiento como en la difusión. Es por esta razón, que se ha dicho que en Chile se trabaja con una lógica de “pactos” entre el galerista y el artista. Que consiste en donaciones de obras de parte del artista para que se constituya la galería. A la vez se desarrollan estrategias de difusión particulares y no oficiales con el fin de poder dar a conocer la existencia de las galerías en conformación (Berrios, 2008).

Luego de recoger antecedentes a través de bibliografía, entrevistas y medios de difusión, hemos determinado que esta dinámica antes descrita que supuestamente caracteriza al galerista chileno, no es tal (al menos en los galeristas abordados). Los galeristas chilenos que actualmente se destacan en la esfera nacional, se caracterizan por establecer galerías de una manera que es muy cercana a la percepción tradicional, antes descrita, es decir comprando las obras y generando sus propios medios de difusión (éste tema aún no está totalmente resuelto, pues la difusión aún es baja) (Cáceres, 2008) (Diario Financiero, 2008). Entre ellos destacan Tomás Andreu, Florencia Loewenthal, Juan Pablo Moro, Carmen Waugh, Ennio Bucci, entre otros.

Estos son los primeros antecedentes de nuestra investigación y las conceptualizaciones (al menos por ahora) que se utilizarán para el proyecto que se desarrollará a lo largo del semestre.

Bibliografía

Arte España. (2005). Obtenido de http://www.arteespana.com/artecontemporaneo.htm

Berrios, M. (2008). Informe de diagnóstico artes visuales.

Cáceres, Y. (2008). Pabla Ugarte. Obtenido de http://www.pablaugarte.com/prensa/prensa1.html

Colbert, F. (2007). Marketing de las Artes de la Cultura. Editorial Ariel.

Diario Financiero. (24 de Enero de 2008). ProChile busca incluar a nuestro país en el mapa mundial del arte. Diario Financiero , pág. 22.

Ruiz San Martin C, Alejandra, Castillo, Gonzalo prof. guía. "Extremocentro 2004: circuito de arte contemporáneo", Universidad Diego Portales (Chile. Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño. Santiago, Chile, 2004.

jueves, 19 de agosto de 2010

El galerista y el circuito de arte.

Uno de los actores económicos fundamentales del circuito de arte en Chile resulta ser los galeristas. El rol que juegan dentro del circuito se podría entender como el de empresario.

La tarea que deben realizar estos actores consiste en la recepción de las obras de artistas, sean estos emergentes o connotados, y preocuparse del ingreso a los circuitos comerciales los bienes proveídos por estos, en este caso sus obras.

Las obras de arte, en ocasiones pueden presentar lógicas inversas a las del mercado tradicional, pues estos bienes no se enfocan a la búsqueda de ganancias a corto plazo sino a la acumulación del capital simbólico a largo plazo (Bourdieu, 1995). Será tarea del galerista el “convertir los bienes simbólicos [las obras de arte] en un comercio como los demás” (Colbert, 2007), tomando por enfoque principal las preferencias de la clientela (Colbert, 2007). La cual puede comprender desde el coleccionista profesional hasta el individuo qué, sin serlo, desea comprar una obra de arte. “Es necesario establecer la diferencia entre el valor artístico, que es usualmente buscado por el coleccionista, y el valor que provee el arte decorativo, que es buscado por el individuo con intenciones netamente estéticas (Berrios, 2008).

El galerista tiene la titánica tarea de desarrollar una estrategia de difusión sobre la galería y las obras que se exponen en esta (Colbert, 2007). A la vez debe seleccionar y adquirir las obras que estima son las más convenientes para que constituyan su galería.

Lo anterior, en el caso de Chile, presenta ciertas complicaciones pues existen deficiencias, tanto en organismo públicos, como privados a la hora de adquirir y cuidar de buena forma las obras exhibidas, todo esto debido a que esta actividad no tiene un financiamiento de ningún tipo. A la dificultad ya planteada se suma la escaza difusión de las galerías en Santiago, lo que genera que el circuito del arte contemporáneo sea oculto y exclusivo a pesar de estar muchas veces en sectores accesibles como la misma Alameda o el Barrio Bellavista (Ruiz, 2004)(Berrios, 2008).

Para paliar estas deficiencias presentadas al interior del circuito de arte, las galerías proceden a realizar pactos entre los artistas y los galeristas. Se constituyen las galerías a través de donaciones por parte de los autores de las piezas. Y se ha intentado de incrementar el proceso de difusión de las galerías a través de esfuerzos aislados que, aunque no solucionan el problema, permite que una mayor cantidad de personas perciban la existencia de las galerías.

El arte contemporáneo

Para dar una primera mirada al foco de nuestra investigación debemos definir a grandes rasgos que entendemos por arte contemporáneo. El arte contemporáneo trata de romper los paradigmas del arte clásico, tanto en aspectos estéticos, como en aspectos de lo que se trata de representar. Se utilizan una serie de adelantos tanto técnicos como “experimentales” para producir nuevas formas de expresión que van desde la utilización de deshechos (basura de hogares) como de sofisticadas nuevas tecnologías en tela, etc.

El arte contemporáneo ha tenido sus orígenes y ha sido desarrollado principalmente en Europa. Principalmente surge como la necesidad de expresar conceptos que no se habían transmitido antes de formas que tampoco, hasta ese momento, habían sido consideradas como métodos “aptos” para crear arte por las instituciones académicas (Ruiz, 2004).

Arte contemporáneo en Chile

Es necesario destacar la influencia que Chile recibe desde se posicionamiento periférico respecto al centro del arte, pues se produce desde los inicios un retraso respecto de nuestras propuestas con la tendencia mundial, esta brecha sin embargo se ha ido afinando con el desarrollo de las comunicaciones e intercambios de todo tipo.

Pero hay un tema interesante con relación a esta misma influencia que es gran parte de lo oculto del arte chileno, que se condice con los términos lingüísticos utilizados en Chile que poseen una disonancia con los europeos por ejemplo. Entonces tomamos determinados conceptos artísticos desde esos horizontes y los reformulamos para buscar interpretar nuestra realidad. Es por eso que el público en general prácticamente se siente excluidos de su cotidianeidad con lo sofisticado de muchas propuestas y a la vez demasiado triviales con los experimentos de reciclaje que se hacen en galerías actuales (Ruiz, 2004).

Arte contemporáneo en Chile: Galerías desde su interior.

El desarrollo del arte nacional durante los años 60` comenzó a activarse desde los lugares más recónditos y desconocidos, creando espacios alternativos donde exponer arte, debido al enjuiciamiento de los tradicionales museos, por su estancamiento y poco progreso. Desde allí entonces las galerías mas ocultas comenzaron a aparecer intentando exponer en lugares públicos como el Parque Forestal, con las llamadas Ferias de Artes Plásticas en los años 1960, 1961 y 1962 que fueron una referencia de este despegue (Ruiz, 2004).

Los artistas por estos años poseían una posición proactiva por decirlo de alguna forma en el escenario social, ya saliendo del lugar de la estética y formando parte de círculos educativos e inundando espacios urbanos.

Posteriormente, se provoca una decaída del circuito de arte, esta nueva propuesta de alternativas es opacada con la llegada del golpe militar, que en su proyecto no contemplaba el desarrollo cultural. Esto generó, definitivamente, un estancamiento de la actividad, que se deterioró partiendo incluso por la fachada de sus museos. La posición de los artistas en sociedad, contrariamente a lo anterior, se vio absolutamente perjudicada, con las acciones de persecución que los hicieron ser fantasmas por esa época; en el exilio u ocultos por la ciudad. Los espacios ocultos ya no fueron expuestos con tendencia comercial como antes pues el temor ahondaba en tanto expositores como público.

Ya en los años 80` con el despegue económico del país se comenzó nuevamente, desde lo privado, a ver el arte como un buen negocio y las inversiones fueron lentamente activando el comercio de las galerías que se rearmaron en función de una idea de solo vender.

Desde allí que el desarrollo del arte se cambia entre dos frentes, el comercial de las galerías y las exposiciones que buscan un fin simplemente estético.

Combinando estos dos ambientes es como se encuentra el estado del arte por estos días en el ámbito de su desarrollo en cuanto actividad relativa a entregar cultura a las masas y a especialistas (Ruiz, 2004).


Bibliografía:

Berrios, María. Informe de diagnóstico artes visuales.

Bourdieu, P. (1995). Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Barcelona: Anagrama.

Colbert, François. Marketing de las Artes de la Cultura, Editorial Ariel 2007

Ruiz San Martin C, Alejandra, Castillo, Gonzalo prof. guía. "Extremocentro 2004: circuito de arte contemporáneo", Universidad Diego Portales (Chile. Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño. Santiago, Chile, 2004.

jueves, 12 de agosto de 2010

"El campo del arte"

En el presente blog se pretende hacer una análisis del circuito de arte contemporáneo en Chile, echando mano a las herramientas conceptuales y metodológicas de la sociología económica. Pretendemos enfocarnos, particularmente, a uno de los actores económicos fundamentales de este mercado. Los galeristas, a través de su estudio se pretende determinar, entre otras cosas, como estos actores configuran su actividad a la hora de enfrentarse al trabajo y como reducen la incertidumbre dentro del mercado que constituye el circuito de arte contemporáneo.

El arte contemporáneo no es más ni menos que el arte que fue hecho hoy, lo de ahora” Son las palabras de Asunción Balmaceda, coordinadora de exposiciones de Centro Cultural Palacio de la Moneda.

En este lugar se busca un espacio común de expresiones artísticas y nos encontramos con las primeras palabras de una improvisada entrevista con la coordinadora de las exposiciones, quien ante nuestra vaguedad expresada en epítetos de “exploración” nos acerca al mundo de las exposiciones a través de diferentes contactos. Tanto con colaboradores que ayudaron a montar, por ejemplo, la exposición de reciclaje de la galería del segundo subterráneo y nos enseña qué diferencia existe entre una galería y las exposiciones de un centro cultural, confiriendo gran importancia a la idea de cumplir determinados objetivos políticos y proyectos de las misma índole que se ven expresados en estos centros y que convocan a una infinidad de actores que hacen de este un espacio donde se conjuga lo cotidiano y lo moderno. Desde el primer momento se busca al público que visita este lugar y para Asunción es diverso, cree que la participación de la juventud es absolutamente activa y aun necesaria. Difundir los espacios de expresión es uno de los objetivos de este centro y por ello nos recibe sin tener una cita ni mucho menos con la total claridad de lo que queríamos decir con nuestra “exploración”.

Visitas: La gente que visitó este lugar, mientras estuvimos allí, era generalmente joven, que veía con detenimiento cada obra, aunque muchas veces lo contemporáneo los desencajaba con la muestra por ejemplo, de reciclaje.

Lugar: De un silencio aparente propio de un espacio público, donde a ratos la atmosfera nos deja lugar a los visitantes pequeños que guiados por algún profesor u padre recorren los pasillos en búsqueda de mas luces y colores de los que son posibles.

En solo algunas galerías y exposiciones es necesaria una entrada pagada, por ejemplo en la cineteca o las exposiciones más populares como la de Gabriel Schkolnick

En la que famosos salen de su vida común para posar en lugares poco asociados a su imagen pública.

Obras: Como muestra una de las fotografías, los desechos eran la tónica de esta muestra en particular, que promovía montajes en los que se cruzaba la moda, la tecnología, joyas, todo presentado de forma desparramada dentro de las vitrinas alumbradas de sobremanera.

En resumen esta visita aclara un poco las dificultades iniciales en cuanto a contactos relacionados con el arte contemporáneo en Santiago, permitiéndonos abrir un campo de investigación interesante al descubrir los distintos matices tanto en la forma en cómo se financian, se conducen y llegan a concretarse distintas muestras en la capital. Como segundo paso, después de conseguir valiosa información se siguió el consejo de Asunción y visitamos un lugar muy cercano al palacio que es financiado en parte por el gobierno, la Galería Gabriela Mistral.


Una vez llegados ahí, nos encontramos con una discreta exposición llamada “Modelos para ensamblar”, de los autores Soledad Pinto y Rodrigo Vargas, los cuales también habían sido aludidos por Asunción.

La galería no contaba ni con demasiadas obras, ni con demasiadas personas observando. Solo se distribuían a lo largo de una pieza pequeña y un salón con una obra de gran envergadura.

Discretamente a la entrada, estaba el que aparentemente parecía ser el cuidador del local. Al que se le dirigieron preguntas similares a las de Asunción, a las cuales respondió enfatizando el rol de los jóvenes tanto a la hora de ser expositores, siendo ellos la mayoría de postulantes a presentar sus obras en la galería (y en otras), como a la hora de ser público, siendo particularmente, a diferencia del centro cultural de La Moneda, los que asisten a las obras presentadas en la galería.

Se pretende utilizar como punto de partida a Asunción Balmaceda, que se manifestó gustosa de proveernos de más información en la medida que la contactemos, para poder, en el futuro, generar los contactos con los posteriores profesionales que será menester entrevistar para el avance del trabajo. Este informante clave está en contacto con la mayoría de las galerías del centro de Santiago, conociendo personalmente a dueños, artistas y galeristas, por lo que su información y las redes que podemos generar a partir de su conocimiento, nos ponen en una situación idónea, y hasta privilegiada, para un óptimo desarrollo de la investigación más adelante.